La catedral de la Marina, conocida así por ser una de las iglesias más grandes de la comarca de la Marina Alta, comenzó a construirse en 1902 y se consagró en 1929. Cuenta con 28 metros de altura y es de estilo neogótico. La Iglesia de la Puríssima Xiqueta se construyó gracias a la donación de algunos particulares y a la colaboración de todos los ciudadanos de Benissa, sustituyendo a la vieja Iglesia Fortaleza de San Pedro Apóstol.
Si nos dirigimos hacia la Iglesia, destaca por su majestuosidad. La fachada principal presenta dos torres campanario y un rosetón central. Estas dos torres campanario, se pueden ver desde muchos puntos de Benissa.
En el edificio de tres naves, destaca la belleza de su cimborrio central (claraboya que se encuentra en el centro del crucero) y su altar, donde descansa el relicario que contiene la imagen de la Puríssima Xiqueta, obra de Nicolás Borrás, pintor de la escuela de Joan de Joanes, uno de los pintores valencianos más importantes del Renacimiento. Ya en el interior nos podemos fijar en la puerta, o también llamada cancela, una cancela muy especial, ya que está hecha por ebanistas de Benissa.
La Iglesia mide desde la puerta principal hasta el trasaltar, 74 metros de largo y unos 35 metros de ancho en el crucero. En cuanto a la profundidad, los cimientos llegan en algunos casos hasta los 18 metros de profundidad.
Al construir la Iglesia no encontraban tierra firme, tal fue la dificultad, que tardaron 3 o 4 años en cimentar la Iglesia de la Puríssima Xiqueta.
Durante la Guerra Civil, la Iglesia se convirtió en el Mercado de Abastecimiento. Es en este momento en el que se tiene constancia de un grafiti en el camerino de la imagen de la Puríssima, de uno de los Brigadistas Internacionales destinados en Benissa, el grafiti decia “Tom Spiller was here” y fue borrado.
Durante las fiestas patronales en honor a la Puríssima Xiqueta (4º domingo de Abril), la imagen es sacada en procesión, para lo cuál se ha ideado un espectacular sistema a manivela destinado a bajar con comodidad el relicario hasta el altar para luego colocarlo sobre las andas procesionales, este acto es conocido como “La Baixada de la Puríssima” (La Bajada de la Puríssima).