Entre la posidonia se esconden los tordos y patrullan las espetones , en busca de agujas y otras pequeñas especies .
La ruta inicia en unas escaleras ubicadas frente al restaurante del Club Náutico. Desde allí, en un sencillo paseo a nado se recorre esta barrera de roca vislumbrando enseguida un fondo de posidonia limpio y concurrido. Un verdadero pulmón marino cuya capacidad de oxigenación es superior a la de los bosques terrestres (1m2 de pradera puede llegar a producir 14 l de oxígeno), lo que nos da idea de la gran calidad de esas aguas.
La posidonia es aquí abundante y frondosa, y es continuamente visitada por las salpas o salemas, que se alimentan de sus hojas. El fondo es de unos 3 o 4 metros y se alternan zonas arenosas con algunas rocas donde las castañuelas, los serranos y las doncellas desarrollan su frenética actividad. También se pueden ver tordos, espetones y agujas
De mayo a julio se puede observar con facilidad a las crías de las castañuelas, de un azul intenso que cambiará posteriormente al negro característico de esta especie. Antes de llegar hasta la punta de la escollera e invertir el sentido de la marcha, se recorre un fondo con formaciones rocosas de caprichosas formas y rocas pulidas que contribuyen a que sea un fondo extraordinariamente luminoso. Además de las mencionadas especies de peces, con un poco de suerte podrás ver algún pulpo camuflado entre las rocas.
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